martes, 1 de diciembre de 2009

Fata Morgana




Pandora abrió la caja desatando todos los males, toda la pestilencia que desde entonces aqueja a la humanidad… De ahí también salió volando la esperanza, ese ambivalente poder que da vida pero que también destruye; que nos permite sobrellevar cargas que en veces  parecen imposibles pero que también nos lanza a luchas perdidas. La tragedia que vive Estados Unidos nos afecta a todos en su desenlace.




El mes entrante el flamante premio nobel de la paz se presentará en Copenhague para empujar la agenda de reducción de emisiones de CO2 a nivel global. El anuncio se hizo un par de días después de que se difundió la correspondencia de la Unidad de Investigación Climática (CRU) de la Universidad de East Anglia en Inglaterra (Ver las entradas actualizadas al respecto haciendo click aquí); nodo alimentador de información para el Panel Internacional de Cambio Climático de las Naciones Unidas. En dicha correspondencia se detalla en múltiples ocasiones la conducta anti-ética y anti-científica de un pequeño grupo de climatólogos que han tenido una influencia fuera de toda proporción en el debate sobre el calentamiento global. -Invitaciones a colegas a borrar correos; confesiones de incapacidad de hacer corresponder el modelo con los datos; frustración ante el hecho de que los últimos diez años han visto una caída en las temperaturas y no un elevamiento, como el modelo preveía; confesión de “trucar datos” etc.
Así, La agenda del panel internacional de las naciones unidas sobre cambio climático (IPCC) empujando al establecimiento de un impuesto global por emisión de CO2 se da a pesar de una carta enviada desde hace dos años por cien de los más respetados climatólogos al secretario general de las Naciones Unidas que en su segundo párrafo dice:
“El IPCC ha emitido conclusiones cada vez más alarmantes en torno a la influencia climática del Dióxido de Carbono de origen antropogénico, un gas no contaminante que es esencial para la fotosíntesis. Mientras que entendemos que la evidencia que los ha llevado a estimar las emisiones de CO2 como dañinas, las conclusiones del IPCC son sumamente inadecuadas como justificante para implementar políticas que disminuirán marcadamente la prosperidad futura. De forma singular, no se ha establecido que sea posible el alterar significativamente el clima global a través de recortes de emisiones de gases invernadero de origen antropogénico. Sumando a esto el hecho de que el intento de bajar las emisiones frenará el desarrollo, el método actual propuesto por las Naciones Unidas para reducir la emisión de CO2 probablemente incrementará el sufrimiento humano provocado por los cambios climáticos en vez de disminuirlo.”
La agenda científica se politizó y los científicos han sido excluidos del debate que se ha dado por cerrado incluso en estos días en donde el escándalo hace dudar de la veracidad de la interpretación de las mediciones de temperatura por parte del CRU.




En el número 28 de ConcienciaPública esta columna centraba su atención sobre el espejismo que se había construido en el desierto de Dubái; La impresionante colección de rascacielos que se estaban construyendo ahí, los ríos de capital que se estaban invirtiendo para edificar una alucinación de Aladino con estructuras colosales que, al terminarse podrían acomodar a la totalidad de los millonarios del mundo que -por alguna extraña intuición del Jeque- decidirían mudarse a su emirato. Hubo un momento en el 2007 en que en Dubái estaban operando no menos del 25% de la totalidad de las torres de construcción activas en el mundo. Desde el miércoles, los mercados bursátiles y las mesas de dinero alrededor del mundo tiemblan frente a la declaratoria de “freno” –“standstill”- de pago de bonos de deuda por parte de Dubai World por una cantidad declarada de 59 mil millones de dólares. Esto pega duro en bancos ingleses y norteamericanos que habían comprado bonos emitidos por esta empresa (de propiedad gubernamental). Ciertamente en un ambiente generalizado de destrucción monetaria (donde solo AIG le ha costado más de $160,000 millones de dólares al gobierno) la mora declarada de Dubái pareciera ser una bagatela. Pero en las actuales condiciones de estrés financiero global donde Vietnam, Grecia, Islandia, Irlanda, los países bálticos están en serias dificultades financieras, la ruptura crediticia en el golfo pérsico es un cisne negro más en un horizonte plagado de ellos. Esto queda claro viendo la volatilidad en mesas de dinero donde el Yen rompió un soporte importante el jueves al incursionar hasta 84.8 yenes sobre dólar y el dólar se cayó hasta 1.51 sobre el Euro. Mención aparte merece el oro que desde hace dos meses trae una racha impresionante habiendo subido  25%, convirtiéndose en el vigía que anticipó la actual turbulencia. Con el capítulo abierto en la ciudad del rascacielos más alto construido por el hombre, se da paso a que el tiempo y la insolvencia hagan su labor para que el desierto, después de pelear en retirada durante varios años, comience una ofensiva en contra del extraño sueño que se vivió en el pérsico. El proceso de deterioro quedará enmascarado por maniobras económicas temporales, por declaraciones de fortaleza. Pero el extraño capítulo de enamoramiento entre una teocracia islámica absolutista y el capitalismo occidental; donde se le cantaron odas al libre mercado a la sombra de las mezquitas comienza su declinación.




Estados Unidos libra una guerra extraña en Afganistán. sus objetivos: evitar el regreso del Talibán, instaurar un sistema democrático en Kabul. Con una agenda así de sencilla y así de complicada la presencia de las tropas norteamericanas en el corazón de Asia está garantizada a perpetuidad o hasta que le abandonen las fuerzas. La meta de generar un gobierno que se sostenga solo y en un ambiente político que tenga semejanza con los que existen en occidente tiene los mismos visos de alcanzarse que los de la unión soviética de implantar un sistema socialista en una sociedad agraria patriarcal islámica allá en los años ochenta. Iraq a fuego lento vive la ocupación de tropas norteamericanas a las que ya se les olvidó el motivo por el cual permanecen ahí. En su momento fue acabar con las armas de destrucción masiva que jamás existieron, deponer a Saddam Hussein y, por qué no decirlo, liberar el petróleo a favor de las transnacionales. En este último capítulo ha habido poco éxito. En el 2003 se aseguraba que Iraq estaría exportando 5 millones de barriles de petróleo. A estas alturas del 2009 sus niveles de producción no alcanzan a rebasar la producción lograda  bajo el anterior régimen. La potencia se apresta a abrir siete bases militares en Colombia “para combatir al narcotráfico” con remitente a todas las naciones circundantes como un aviso de que los absurdos del medio oriente bien podrían ser exportados a toda Latinoamérica.





Nuestros vecinos están atrapados en un mal sueño. Persiguiendo espejismos de solvencia, de poderío, de presencia omnímoda global, de liderazgo económico. Queriendo recetar al mundo las píldoras de una utopía de crecimiento que se viene abajo cuando se cotejan las palabras con los hechos. Se pregona una recuperación económica cuando no se han recuperado plazas;



(edit 2 dic: el mes de noviembre se perdieron 169,000 plazas adicionales. hacer click aquí)cuando el consumo general sigue cayendo; cuando los bancos se lanzan a extraer las últimas gotas de réditos de las exánimes tarjetas de crédito; cuando el valor de su inventario inmobiliario viene cayendo. Es esta una extraña etapa en donde todos los indicadores de la economía real, aquella que produce bienes, vienen en picada mientras los indicadores financieros, aquellos que “producen” moneda, billetes, se encuentran en excelente estado de salud. El déficit presupuestal norteamericano es un extraño monstruo que amenaza el tejido mismo de la sociedad que lo está generando, un país que se está ahogando en el anatocismo que insiste en tener el privilegio de endeudarse hasta el infinito. Y sí, su deuda seguirá creciendo. Pero todo  -por extraño que parezca decir esto cuando se hace referencia a Estados Unidos- Todo tiene un límite, a pesar de la esperanza.







Deuda: Un ingenioso invento que se usa como sustituto de la cadena y el látigo para los esclavos.  –Ambrose Bierce.



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