miércoles, 12 de noviembre de 2014

La transparencia del teleprompter.

Presidente con teleprompter


Que maravilla de teleprompter tiene EPN. El número de desvaríos y erratas ha disminuido considerablemente. Sabemos a través de este aparato cual es el rumbo y la intención del poder sin dislates ni amnesias. Ya no tenemos que penetrar la confusa nube del desordenado proceso mental del mandatario. Recibimos con claridad el mensaje: El desarrollo y el progreso de México -Teleprompter Dixit- se fundamentarán en una profundización de los procesos de integración financiera, territorial, legal, comercial e industrial con nuestro vecino del norte.

Hubo una época en este sexenio en que dicho mensaje no podía ser captado plenamente por la maraña de conceptos vertidos sin ton ni son desde el púlpito presidencial donde de repente estabamos escuchando de las ventajas de tener fronteras abiertas para que nuestros compatriotas emigraran a US al tiempo que se proponía, algo contradictoriamente, que se pujaba por crear empleo abundante dentro del país para que esos mismos compatriotas no tuviesen que lanzarse a la aventura de cruzar el desierto plagado de apaches, zetas, agentes migratorios, polleros, extorsionadores, desaparecedores, reclutadores de cárteles Etc.

El teleprompter nos ha ahorrado el dolor de cabeza de averiguar si las incoherencias escuchadas eran fruto de una mente que jamás tuvo la exigencia de la claridad y la disciplina del estudio y la reflexión o si eran los disparates inherentes a un modelo de desarrollo caduco, montado en la nostalgia de un mundo unipolar norteamericano. Ahora lo sabemos con claridad: El teleprompter nos permite ver con certeza a través de los párrafos bién escritos por los asesores tras bambalinas, que EPN finalmente ha llegado a la posición que su competencia merecía: Locutor (Sin intención de ofender a los que por años pulen la dicción para llegar a un nivel de excelencia en la pronunciación y la declamación que Enrique jamás tendrá). 

También a través del teleprompter nos damos cuenta cabal que a pesar de su elocuencia electrónica, el proyecto de nación está atorado en un problema fundamental de la élite que nos gobierna: Su modelo de desarrollo no funciona. Las soluciones que propone... Muy señeramente y en primer plano las de ignorar deliberadamente el número de muertos desaparecidos y torturados; De no dar cabida a cuestionarse el papel de encubridora que ejerce la PGR -que dicho sea de paso en sus investigaciones no podría encontrarle lo chistoso a Brozo ni lo rico a Slim ni pobres en Neza- detiene en seco, provoca un infarto del alma por la indiferencia con la que observa el matadero en que está convertido el territorio.

Los 43 desaparecidos/muertos hablan por las decenas de miles de pañuelos bordados que piden, desde una digna, triste y pacífica meditación de quienes los confeccionan, que se detenga la masacre. El teleprompter ofreció generar una realidad virtual en donde los mexicanos pudieran caer en hipnosis e ignorar que cada pañuelo bordado, de las decenas de miles de ellos, representa un demérito en la labor del Estado. Cada muerto y desaparecido una terrorífica inacción del gobierno que tiene mas expedientes abiertos que fosas han cavado los criminales (con o sin fuero, charola, uniforme etc.)


Pañuelos sin teleprompter


Otra solución era el turismo. Hoy los focos rojos están prendidos, lo peor está pasando: los visitantes extranjeros nos rehuyen. El ingreso para los hoteleros de Acapulco amenaza desplomarse. Cielos, ese sí que es un problema. Un problema que surge por la necedad de una sociedad global que le responde al teleprompter: "Disculpanos pero está dificil ignorar tanto secuestrado muerto y pozoleado".

La solución eran las inversiones en el sector minero. Pero el despojo de tierras y derechos comunales se convierte en protestas que ahuyentan a esos magníficos amigos. El tiradero de venenos y tóxicos escandaliza y enfría los ánimos de los banqueros que respaldarían la empresa...

El inventario de ocultamientos y de omisiones es largo, larguísimo. Pero la sentencia es corta: La solución que propone el teleprompter es el problema.

Antes no era tan fácil descifrarlo. Gracias a las pantallitas que lee el locutor de augusta investidura podemos ver ahora  mas claramente. Pero solo hemos comenzado en este ejercicio de transparencia. Al regreso de China, EPN tendrá que entregar el proyecto prometido de ese pacto que tendrá que ver con el regreso del imperio de la ley (lo cual, dolorosamente tendrá que ser admitido... vivíamos el imperio del narco y la adjudicación de contratos gubernamentales a los cuateroles) y la responsabilidad de los servidores públicos... Tendrá el teleprompter que discurrir un largo papiro electrónico lleno de compromisos que recusen de la norma anterior que era la de ignorar la realidad.

¿Podrá hacer esto sin estallar hecho añicos? ¿Podrá ese mágico cristal de los discursos impecables soportar ese aterrizaje a la realidad? ¿Conciliar los disparates, los sueños de enriquecimiento de los que se sienten (justificadamente, dirían muchos) dueños del país, con lo que es evidencia plena, tumultuaria, de fallas sistémicas? La respuesta  está en chino...

Teleprompter con teleprompter.

Coloquialmente hablando, de lo que es el intento de aplicarle lógica a un discurso que tiene como principal objetivo -desde su transparencia- el encubrimiento.

Casa con teleprompter.




lunes, 3 de noviembre de 2014