lunes, 8 de diciembre de 2014

Elocuencia y coherencia.

Es un placer escuchar al presidente del Uruguay. José Mujica  Que con una larga tradición parlamentaria establece una dinámica narrativa en la que va hilando argumentos con una voz sin pretensiones ni altos vuelos. Desde una plataforma discursiva sin complicaciones va entregando aforismos bien cimentados y termina su labor didáctica y política envuelto en el afecto de un auditorio que, bien predispuesto de inicio, queda convencido de la sinceridad y honestidad del discurso del mandatario sudamericano; abraza las palabras e inmediatamente las convierte en frases contundentes que empiezan a difundirse a través de los medios sociales.


Así, queda establecido el contraste, el abismo que separa al mandatario mexicano de su  homólogo uruguayo. Nuestro presidente que no tiene permiso de salir frente a cámara o frente a un auditorio sin la tutela del teleprompter, y que es perfectamente incapaz de ser sometido a la tortura de un cuestionamiento.

Claro que no es necesario abundar mucho en ejemplos de mandatarios que saben defender en debate sus posiciones.  cito algunos memorables: Correa en Ecuador pone la muestra de como entrar en la justa de las ideas con entrevistadores marcadamente hostiles; V. Putin entabla diálogos con la prensa que pueden durar horas; Cameron en Inglaterra se somete a acres duelos verbales en el parlamento ( a veces gana a veces pierde); La Comunidad Europea es testigo de duros discursos que cuestionan el rumbo desde el interior con Nigel Farage dando la muestra. De alguna manera, que en México a veces es difícil plantear... leer a los clásicos es parte de la curricula obligatoria de un político. Asimismo se da por sentado que se cultiva la Ars Oratoria como parte fundamental del oficio...


Catón.
En ese contraste podemos entender uno de los grandes obstáculos que enfrentamos los mexicanos. Nuestro presidente no sabe como defenderse solo en la confrontación de ideas. Detrás de la ausencia de debate y diálogo encontramos el vacío de propuestas  para lidiar con la tormenta. Frente a la ola de inconformidad a nivel nacional que surge del matadero en que está convertido el país, la presidencia propone 10 puntos (con el bono del 11º que no propuso pero que le aprobaron vía express en el congreso) que están diseñados para contrarrestar la protesta social y no sus causas. O sea, ni siquiera entendió o quiso entender cual era el punto neurálgico del "mexican moment". Confundido, Le propone al mexicano regresar al status quo ante: "hagamos de cuenta que todo está saliendo perfecto para no ahuyentar la inversión". "Superemos el trauma de los 43" y dediquémonos todos a pulir el Boeing presidencial para que pueda salir volando y entregarse de lleno a su vocación de agente viajero de ventas de México S.A. en remate. 

Premio "Global Salesman" otorgado por H.K.
Nuestra presidencia no puede dar razones a medio foro... Callado frente a su auditorio que le abuchea, pide apoyos externos; y de las filas de columnistas oficialistas constituidos en coro griego surge el canto que pide "Orden y mano dura" hacia los que atentan contra la paz social. -Sin olvidar que sobran ya ejemplos de cómo desde el interior de la clase gobernante se nutren grupos de infiltrados para precisamente justificar el endurecimiento policiaco en contra de la población.

Tomemos prestado de Mujíca que a su vez traduce a Einstein: "No puedes seguir haciendo lo mismo esperando resultados distintos".



Pero la presidencia de México ni puede cambiar de rumbo ni puede cambiar de monólogo. No tiene el instrumental democrático para someter su mandato a revisión ni a corrección; no puede aceptar la interlocución de un adversario porque da como premisa única e irrebatible que la banda presidencial debe de transitar por la apariencia de infalibilidad papal, que desde Los Pinos se sintetizan todas las aspiraciones del mexicano y se decantan en una serie de reformas legales que marcan el rumbo y son inapelables. El presidente mexicano se encuentra atrapado en el paradigma del ejecutivo intocable, que se eleva por encima del mandato de la ley. El gabinete tiene candados; los contratos están firmados; Los beneficiarios han sido asignados. 


Entonces... tal vez no estemos confrontando un Estado fallido... Pero sin lugar a dudas tenemos una presidencia en picada. un presidente que es incapaz de hablar, dar razones, pero sobre todo un mandatario que no entiende que ha perdido la forma: Representar la voluntad popular. y "La forma, en política, es fondo".





Carlos Ramírez Powell





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